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martes, 4 de julio de 2023

JAZZ SAN JAVIER ABRE SU 25 EDICIÓN CON UN CONCIERTO ÚNICO DEL “CÉSAR” BRASILEÑO DJAVAN

 El mítico músico del denominado MPB llegó, actuó y cautivó en una noche de auténtica comunión músicos/espectadores    
 
                              Andrés Garrido/Goio Villanueva
                                                                                               

 


Djavan en el comienzo de su concierto.
 
Una apertura “de lujo” para la XXV edición del Festival de Jazz de San Javier, a cargo de un mito viviente del denominado MPB (Música Popular Brasileña): Djavan. Toda una trayectoria tremendamente trabajada y perfilada desde muy joven, cuando su madre le cantaba en la casa o cuando iba a lavar la ropa a la orilla del río y el joven Djavan Caetano Viana (que contaba por entonces con cinco años), ya ponía su mente a trabajar en aquellas melodías y ritmos.
Sin embargo, ese talento natural para la música se podía haber perdido ya que Djavan era un mago del fútbol con un balón en sus pies. De no ser por un amigo del colegio cuyo padre, que era médico, poseía un excelente equipo de reproducir discos y una no menos estimable colección de vinilos de música clásica (Beethoven, Bach), de nombres destacados del jazz (Ella Fitzgerald, Miles Davis, Coltrane y otros) o músicos ya por entonces muy populares e influyentes de la música tradicional carioca que tenía un recorrido amplio desde Noel Rosa a Jobim que con Gilberto o Vinicius de Moraes eran, en el comienzo de los año 60, los creadores y difusores del “bossa”, se hubiera perdido este enorme talento musical y Brasil habría ganado otro no menos magnífico futbolista
del medio campo. Pero al final, el deseo de su madre pudo más en él y el balón quedó como una afición.
 


 

Otro momento del concierto de Djavan.


Poco después, Djavan viajó a Río de Janeiro y pronto se convertiría en un músico demandado en diferentes salas de fiestas. Por entonces contaba con 23 años y el mundo de la música comenzaba a fijarse en un joven guitarrista, compositor y cantante que había llegado desde el noreste de Brasil, desde su pueblo natal: Maceió.
Era la primera vez que el músico visitaba Jazz San Javier y a tenor de lo que él mismo expresó al final de su concierto de casi dos horas ininterrumpidas (apenas dos minutos, antes de los dos bises) de duración, la “noche ha sido feliz, memorable y maravillosa”.
El concierto se iniciaba con una presentación de todo el equipo musical y técnico que acompaña al cantante. Sin espacio para el silencio, una voz que nos adentra en la primera pieza de esas casi dos horas: “Curumim”. Unos primeros compases de música antes de que este “César” de la música de Brasil apareciera en el escenario del auditorio Parque Almansa, con una capa corta con capucha blanca como el resto de su vestimenta y guitarra eléctrica al hombro. La acogida y aplausos de los tres cuartos de entrada del aforo sonaron al unísono. Tal vez, una pequeña colonia brasileña que ocupaba buena parte de una cuña a la izquierda del escenario se hizo más de notar pero todo el aforo presente se unió desde esa primera pieza.
Tanto es así que Djavan se despojó de la capucha en “Boa Noite” y la capa blanca pasó a la percha del camerino (había una persona encargada de atenderle) en “Sevilhando”,
una de las canciones que conforman (interpreto alguna más) su último disco titulado “D” y publicado el pasado 2022.
 


 

La magnífica banda que arropa al brasileño.


Con tan sólo esas tres piezas, músicos y aficionados presentes se fundieron en uno y Djavan dejó transpirar su alegría y satisfacción por estar, por primera vez, en San Javier. Manifestó su deseo de que la noche fuera maravillosa, para continuar desplegando un paraguas musical que, junto a algunos temas de su reciente disco, conformaron una selección escogida de su amplia producción durante casi medio siglo de trayectoria en la música. “Eu Te Devoro”, “Outono” y “Cigano” en un momento más íntimo del concierto, que no hizo decaer las buenas vibraciones que se sentían en las gradas.
 

 


Djavan repasando algunos de sus destacados éxitos.

Y llegó un momento para recordar tiempos pasados, “Aviao” (1989) y su primer éxito del también primer disco grande: “Flor de Lis” (1976), que fusionó con la anterior.
Durante las primeras notas de “Flor de Lis”, el público explotó y mostró buena parte de su tesoro más preciado por los músicos: Su empatía, reconocimiento y gratitud. La noche, estaba cristalino, se había convertido en una fiesta carioca en la que esa pequeña colonia que reside en la zona marmenorense o cercana a ella se mostraba como en casa; una casa a la que se invitaron, literalmente, el resto de los asistentes al concierto. El desfile de esa selección cuidada de Djavan continuó con “Num Mundo de Paz (una pieza más del disco “D” 2022), de nuevo unos minutos para la intimidad con “Meu Bem Querer”, “Océano”, “Um Amor Puro” o la canción que encierra el deseo de Djavan para recuperar ese mundo de valores y protección de la naturaleza titulado “Iluminado (también de su disco “D” de 2022).
 



 

Djavan no sólo es un excelente cantante. También es un buen guitarrista.


Todavía ofrecería el brasileño otro escogido puñado de canciones creadas por él, en un momento en el que ya había abandonado su chaqueta blanca, bailaba cuando el ritmo era propicio y saludaba a los aficionados que ya llenaban el foso junto al escenario del auditorio, mientras en las butacas los que no pudieron llegar cerca del cantante bailaban en las gradas. Así que regresó la alta temperatura musical con “Azul”, “Tanta Saudade” en la que hay fusión con ritmos latinos, “Se” que une a “Samurai”, con mucho “groove” y una banda que presentaba aprovechando esta música. Una banda que sonó a la perfección y con una ejecución muy limpia y profesional conformada por el bajista Marcelo Mariano; el batería Luis Felipe Alves; el guitarrista Joao Castillo Neto; el pianista y teclados Paulo Calasan; otro teclista como Renato Fonseca; el saxofonista y flautista Marcelo Martins y el trompetista Jessé Sadoc. Una banda con la que cualquier cantante puede estar en el escenario con plena garantía y seguridad. Sensacionales. El final llegaría con “Sina” de su primer disco grabado en Estados Unidos y en el que contó, además de Stevie Wonder, con parte de los mejores músicos de aquel país en 1982 cuando se grabó y publicó. Durante un momento de esta pieza, Djavan invitó a un niño brasileño que seguía el concierto a pie de escenario a subirse al mismo y marcarse un par de estrofas con él. El chaval (unos 12 años) alucinaba.
Con ese éxito del año 82 finalizaba el concierto de Djavan en la apertura del 25 Jazz San Javier. Pero ya saben nuestros lectores que en ese auditorio, el público demanda algún bis y Djavan tardó en regresar el tiempo de entrar en su camerino y colocarse una chaqueta de lino marrón. Aclamado por el respetable sin cesar, sonaron las primeras notas de “Pétala”, una canción sosegada para tomar un poco de aire, y finalizar de manera definitiva con “Lilás”. Auditorio exultante y enormemente
agradecido a este mito viviente de la Música Popular Brasileña como es Djavan y la banda que lo arropa. Los saludos de rigor todo el grupo ocupando el frontal del escenario y unos aficionados muy felices. Se veía en sus caras.
 



Saludando a pie de escenario, para consolidar la unión músicos-público.


En suma, noche de apertura en la 25 edición de Jazz San Javier con mucho calor y humedad ambiente, un público totalmente entregado y un “César” brasileño, Djavan, que llegó, actuó y triunfó inequívocamente. Alguno de sus músicos, en camerinos, solicitaban si podían quedarse a vivir por aquí. ¿Qué tendrá este festival, sus aficionados y, sobre todo, esta tierra? Anécdotas que se suceden cada noche y que, habitualmente, no se suelen contar porque ocurren en la trastienda.
Habrá más citas en esta 25 edición, pero nosotros, por este año de momento, sólo les contaremos unas pocas más. Como siempre les aconsejo, no pierdan el hilo.

                   

La despedida y agradecimiento a un público fiel.

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