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viernes, 5 de julio de 2024

"BUENAS NOCHES, ME LLAMO BILL CHARLAP". Y EL PIANO HABLÓ. SUCEDIÓ EN JAZZ SAN JAVIER.

 

 

El pianista neoyorkino ofreció un concierto de piezas conocidas, como homenaje a algunos de los que lo son en la XXVI edición del festival.

Andrés Garrido / Goio Villanueva

 

Los caminos del jazz son largos y, en ocasiones, no muy fáciles de recorrer; sobre todo, para el que no los conoce bien. La tercera jornada del XXVI Jazz San Javier nos mostró uno de ellos que, a pesar de perfilar su recorrido con temas de los llamados estándar, la maestría del pianista de Nueva York Bill Charlap no daba muchas opciones a que un aficionado casi recién llegado al jazz para que pudiera apreciar al máximo, lo que los asistentes a su concierto pudimos presenciar en (otra novedad en la presente edición) el Teatro de Invierno del Parque Almansa de San Javier.


 

 

         Bill Charlap, durante el concierto ofrecido en el Teatro de Invierno

 

Charlap -que cumplirá 58 años el próximo 15 de octubre- visitaba por segunda vez Jazz San Javier, tras su primera visita en la XVIII edición celebrada en 2015. Ya por entonces, Charlap conquistó a los aficionados denominados “pata negra” del género (también a los que no lo eran, pero especialmente a los primeros), con un repertorio que supo atraer la atención y reconocimiento del auditorio. En esta ocasión, Bill Charlap ha vuelto para reencontrarse con muchos de sus aficionados en este festival y, al tiempo, sumarse al homenaje que Jazz San Javier rinde en la presente edición, a nombres que nos dejaron el pasado año o tan sólo unos meses, como es el caso de Carol Sloane, Ahmad Jamal o Tony Bennett. Nombres que para Charlap han dejado una huella imborrable en su trayectoria como pianista y músico. El trío de esta ocasión estaba completado por la contrabajista Noriko Ueda, contrabajista nacida en Japón y residente en Nueva York, y el baterista Carl Allen (el más veterano del trío, con 63 años casi recién estrenados). El concierto de Bill Charlap se iniciaba con un “Buenas noches. Me llamo Bill Charlap”, para presentar de inmediato a su trío y comenzar el concierto con un primer recuerdo a Tony Bennett, a través de la pieza “On a clear day” de la que hizo en breve esbozo, para continuar con “I’ll remeber april” recreándose el trío en esta pieza que han interpretado una larga lista de músicos y cantantes.

 

 

En esta instantánea de Goio Villanueva, se puede apreciar cómo Noriko Ueda disfruta del concierto con sus compañeros.

Tras esta primera exposición de lo que nos esperaba (y era mucho si conoces a Charlap), el trío acometió “In your oun sweet way”, pieza de su homólogo Dave Brubeck, en la que el trío desplegó parte de su amplio conocimiento musical adquirido durante largos años de grabaciones y giras. Charlap aún no había mostrado toda la contundencia interpretativa que sí haría unos temas más adelante, pero estaba cristalino que su recorrido por el teclado demostraba su voluntad de sacarle todas las posibilidades y notas a las diferentes partituras.

Tras esta pieza, el pianista explicó las que habían interpretado y anunciaba la siguiente, “I can’t get started”, que interpretó solamente al piano para continuar, ya con el trío, con “Not a care in the world”; es una pieza habitual de los repertorios de Bill Charlap en la que, en esta ocasión, dejó un amplio campo a sus compañeros para que se explayaran musicalmente con un resultado final que nos hizo saltar de las butacas para aplaudir al trío.

Tras otra intervención hablada en la que Charlap iba explicando este repertorio casi improvisado (no lo tenía previamente planificado) basándolo en “los grandes que cruzaron al otro lado, pero que siguen con nosotros”, nos dejó esta pieza titulada “Spring can really hang you up the most”, que incluyó en su disco “Uptown  Downtown”. Charlap es una músico que domina perfectamente la digitación sobre las teclas de su piano, lo que le confiere todo el clímax que cada partitura necesita en cada momento. A ello, se unen la contrabajista Noriko Ueda que perfila inequívocamente las líneas rítmicas a seguir, con la exquisitez percusiva de Carl Allen; el maestro de la batería en toda su amplia extensión. Esto es, nunca molesta, acompaña cuando hay que hacerlo con mayor o menor contundencia o, como en esta pieza a la que nos referimos, tan sólo se notaba un tenue adorno de las escobillas (por cierto, una técnica difícil de dominar en batería) para que el conjunto resultase brillante y adaptado a la intención de sus compositores. La verdad es que después de esta primera parte del concierto, uno no podía, por menos, que quitarse el sombrero y aplaudir, como lo hicieron todos los asistentes, al trío del pianista Bill Charlap expresiones como “¡Bravo!” se escucharon en el Teatro de Invierno de San Javier. Y no era para menos.

 

                                  El Maestro de la batería, Carl Allen, acompañando con las escobillas.

 

 En su nueva alocución al público, Charlap indicó el homenaje que Jazz San Javier estaba rindiendo en esta edición a nombres con los que él ha tocado y grabado en momentos de su trayectoria. Nombres como los de Carol Sloane o Tony Bennett con los que Charlap y su trío o -incluso, subrayó- su esposa, la también pianista Renee Rosnes, grabaron y tocaron durante varias ocasiones como, por ejemplo, uno de los mejores discos que resultó en la carrera de Tony Bennett: “The Silver Lining: The Songs of Jerome Kern”, publicado en 2015. A Jerome Kern también se refirió Charlap, como uno de los más grandes compositores y para el que interpretó la partitura incluida en ese disco de Bennett titulada “Yesterdays”.

Tras los aplausos, Bill Charlap y su trío atacaron la pieza compuesta por Douglass Cross y George C. Jr Cory titulada “I left my heart in San Francisco”, a la que siguió de inmediato “Body and Soul”, en las que utilizó la misma fórmula de las anteriores; la primera pieza solamente el piano y la segunda, con el trío. Por cierto, que maravillosa versión realizaron del clásico “Body and Soul”. ¡Chapeau!.

Por si a esas alturas del concierto la satisfacción del público aún no se había colmado, Charlap y sus compañeros de viaje nos interpretaron una versión del clásico de Duke Ellington, “Caravan”, que despertó al que se hubiera quedado un poco obnubilado con incrustación de un trocito de “Teen Town” de Jaco Pastorius, que te perdías si no andabas atento al desarrollo de la versión. Magnífico, grandiosos los tres. La ovación más larga del concierto, hasta ese momento. Destacaría, por el despliegue de ingenio y maestría, los solos de Carl Allen en su batería. Sensacional.

Bill Charlap dio las gracias e hizo unas reflexiones sobre la música de Duke Ellington de la que, dijo, la amaba. Sin duda, el Duque ha sido uno de los pilares de este género musical. No olvidemos que compuso muchas de las piezas que conforman su historia y muchas de ellas también, las escribió para que algunos de los músicos que conformaban su orquesta se lucieran. Pero Duke no sólo escribió para ellos, sino que también lo hizo a nivel personal como pianista que era. En su álbum “Reflexiones sobre el piano”, incluyó esta partitura titulada “Prelude to a Kiss”, de la que Charlap hizo una original versión.

Y sin mediar palabra, la pieza que cerraba el concierto en homenaje a Ahmad Jamal: “Woody ‘n You”. Los tempos de bop pueden llegar a ser extenuantes, pero son la “salsa” de este guiso musical extraordinario que artistas como Bill Charlap y su trío saben cocinar como pocos. Toda la sala puesta en pie y aplaudiendo la maestría inequívoca de este trío de profesores que lidera Bill Charlap desde el piano, Noriko Ueda en el contrabajo y el baterista Carl Allen. Tres ases para homenajear a grandes nombres del género que nos dejaron el pasado año o tan sólo unos meses, como fue el caso de Lenny Andrade. El público pidió más y el trío otorgó un bis de dos piezas: “Sophisticated lady” y a continuación “The Duke”.

Con ellas, se ponía el punto y final a un concierto de casi hora y media que el trío de Bill Charlap desplegó por el espacio cerrado del Teatro de Invierno de San Javier en el Parque Almansa. Un teatro que, curiosamente para ser un teatro, sus butacas son amarillas (y un tanto incómoda, al menos para el que suscribe). Un poco de recuerdo sobre el amarillo. Es el color que alertaba de las pandemias durante la Edad Media. También fue el color del traje que vestía Molière, mientras se representaba “El enfermo imaginario” y pocos días después fallecía por tuberculosis. Desde entonces, para el teatro es un color maldito. En suma, una tercera jornada de este XXVI Jazz San Javier dedicada al piano y a convertirse en uno de los primeros homenajes a los grandes nombres que nos dejaron recientemente, alguno de los cuales visitaron, en ediciones anteriores, este festival. Los aficionados más veteranos del género disfrutamos como enanos, con la clase-concierto magistral que ofreció el trío conformado por  Noriko Ueda, en el contrabajo; Carl Allen, en la batería y el líder del grupo, el pianista Bill Charlap.

La próxima cita es este viernes, 5 de julio, con otra sesión doble que contrastará estilos. El homenaje a Bebo Valdés, con Roberto Carlos Valdés “Cucurucho”, su nieto, que estará acompañado por el más reconocido contrabajista español, Javier Colina, y la invitación especial de Alana Sinkey que regresa al festival. La segunda parte tendrá un tinte muy diferente. El mejor soul que se puede escuchar en 2024 está interpretado por Steffen Morrison -quien también regresa a Jazz San Javier- y su más reciente proyecto: “Legacy”. Se lo contaremos, como siempre, con todo lujo de detalles. No pierdan este hilo.

El trío que lidera Bill Charlap, en el Teatro de Invierno de San Javier.

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